PREMIO ANTONIO DELGADO
DIEGO DE LA VEGA MERINO
Finalista tercera edición
¿Qué supuso el premio Antonio Delgado para tu carrera profesional?
El premio ha supuesto para mí un impulso y un reconocimiento a la dedicación a la propiedad intelectual. Para los que nos dedicamos a esta disciplina, en el ámbito profesional el premio es un honor y una responsabilidad a partes iguales. Por mi parte, he podido comprobar que el premio es ya ampliamente conocido y muy valorado por el sector y, desde luego, siempre ha significado para mí un elemento muy especial de valor añadido.
¿Por qué te has dedicado a la propiedad intelectual?
La propiedad intelectual es un puente perfecto entre el derecho y campos como la cultura y la tecnología que, particularmente, me interesan mucho. Por ejemplo, en términos profesionales, la propiedad intelectual supone un punto de encuentro entre la regulación y los modelos de negocio que plantea retos muy estimulantes. Además, me parece que es una rama del derecho que, si ya tiene un enorme peso en la economía, está llamada a tener aún mayor importancia en los próximos años. Los sectores que se apoyan en la propiedad intelectual, junto con otras pocas disciplinas, están en plena expansión y son muy exigentes en cuanto al conocimiento regulatorio. La propiedad intelectual ofrece una posibilidad de especialización muy interesante y que a mí me sirvió para aplicar el derecho exactamente en la dirección que quería. Eso sí, también creo que siempre es bueno mantener la permeabilidad hacia otras áreas del derecho como, por ejemplo y por citar solo una, el derecho procesal.
¿A qué retos crees que se enfrenta actualmente la propiedad intelectual o cuál crees que es el futuro inmediato o las tendencias en la materia?
Aunque son muchos los retos que la propiedad intelectual tiene por delante, me gustaría destacar dos aspectos. Por una parte, los derechos de propiedad intelectual están armonizados en la Unión Europea, pero aún quedan muchos resquicios en los que las leyes nacionales y la regulación europea no se encuentran bien alineadas. Además, y esto es una magnífica noticia para los profesionales y los estudiosos de la propiedad intelectual, se trata de un campo que sigue en constante evolución, por lo que hacer seguimiento tanto a la actividad legislativa europea como a la interpretativa del Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) es absolutamente prioritario. Aunque la intervención europea en esta materia es ya bastante antigua, no hay síntomas ni de que el legislador esté dispuesto a ceder terreno ni de que el TJUE encuentre motivos para dejar de interpretar el derecho europeo de propiedad intelectual. Por ejemplo, creo que la interpretación del concepto de comunicación al público, que no cesa de generar pronunciamientos, seguirá siendo el caballo de batalla del TJUE en los próximos años y nos obligará a reexaminar su construcción actual para reciclarlo y adaptarlo a los nuevos tiempos. En otras palabras, mientras la propiedad intelectual siga evolucionando en el nivel europeo, los retos relacionados con la armonización seguirán siendo constantes, y esto es algo que a mí, en términos personales, me apasiona. Por otra parte, me gustaría destacar también cómo el desarrollo tecnológico implica la necesidad de reformar el marco de propiedad intelectual, lo que a veces se debería traducir, más bien, en aclarar y simplificar las reglas vigentes más que en generar nueva normativa. Creo que vivimos un momento de cierta obsesión regulatoria que no siempre genera los marcos regulatorios más eficientes, pero indudablemente necesitamos dar respuesta a la evolución de tecnologías ya conocidas y, de manera más evidente, a tecnologías disruptivas que plantean problemas jurídicos desconocidos hasta la fecha. Me parece que, en ocasiones, caemos en el error de considerar que determinados supuestos no se encuentran ya cubiertos por la legislación vigente y que debemos establecer nuevas normas que pueden resultar redundantes. De cómo afrontemos esto dependerá el grado de fiabilidad de nuestro ordenamiento jurídico, pero por supuesto también de ello dependerá nuestra competitividad en un mundo poco dispuesto a ser indulgente con la inflación regulatoria.
Estudio finalista
Hacia la armonización global del droit de suite.
Trayectoria profesional
Actualmente, es abogado especializado en propiedad intelectual en Pérez-Llorca, y se ocupa de asesorar a grandes empresas en cuestiones relacionadas con propiedad intelectual y nuevas tecnologías, tanto desde un punto de vista regulatorio como procesal. Previamente, ha sido abogado en otros despachos de gran prestigio en propiedad intelectual, asesorando en los sectores del entretenimiento y las nuevas tecnologías, fundamentalmente. Además, ha trabajado también en la Asociación de Periodistas Europeos. Imparte docencia en varias universidades sobre temas relacionados con propiedad intelectual y se encuentra en proceso de investigar, para obtener el doctorado, cómo la propiedad intelectual influye en el derecho europeo.