PREMIO ANTONIO DELGADO

FERNANDO MAFUD

Finalista octava edición

¿Qué supuso el premio Antonio Delgado para tu carrera profesional?


Ha sido un gran honor haber recibido el premio Antonio Delgado, en su VIII edición, como estudio finalista. Ello supuso agregar a mi carrera profesional un gran prestigio.


Quienes nos dedicamos a la propiedad intelectual sabemos del valor y trascendencia que tiene dicho premio, como también de la importancia en fomentar el estudio y la investigación del derecho de autor, y haber obtenido el premio me enorgullece.


A nivel personal, la obtención del premio también me motivó a seguir investigando y escribiendo en cuestiones relacionadas con el derecho de autor.


Puede decirse entonces que la obtención del premio supuso orgullo, adicionar prestigio a mi carrera profesional y, a su vez, motivarme a seguir investigando.


¿Por qué te has dedicado a la propiedad intelectual?


En mi época de estudiante de grado en Derecho en mi país natal, Argentina, he realizado diversas experiencias laborales (en un juzgado de tribunales del Fuero de la Seguridad Social, en un despacho de abogados dedicado al Derecho del Trabajo, y en otro despacho de abogados dedicado al Derecho Contencioso y Administrativo), hasta que, en febrero de 2005, tuve mi primer acercamiento a la propiedad intelectual al realizar una pasantía en una entidad de gestión colectiva (SADAIC, Sociedad Argentina de Autores y Compositores de Música).


Fue tanto el interés que despertó en mí, primeramente, el derecho de autor y luego la propiedad intelectual en sí, que aquella experiencia en la mencionada entidad de gestión colectiva que iba a tener seis meses de duración terminó durando dieciocho años, hasta que debí dejar el puesto de trabajo para venir a radicarme a España.


Ya por el año 2007 pude realizar un curso intensivo sobre «Actualización en Derecho de Autor y Derechos Conexos» en la Universidad de Buenos Aires, dictado por la Dra. Delia Lipszyc y en el que han participado además excelentes docentes del derecho de autor, que han sido maestros de distintas generaciones, como Santiago Schuster, Fernando Ballesteros, Ricardo Antequera Parilli y el mismo Antonio Delgado Porras. El contenido de dicho curso y, en especial, la excelente calidad de los docentes que participaron en él aumentó aún más mi creciente interés por la propiedad intelectual.


Así fue como, además de continuar participando en distintas formaciones relacionadas con el derecho de autor (por ejemplo, en el XIV Curso Académico Regional OMPI/SGAE sobre Derecho de Autor y Derechos Conexos), también comencé a formarme en propiedad intelectual. Primeramente, a través de un curso sobre Derecho de Autor y Propiedad Industrial, en el año 2009, dictado en la Universidad Nacional de La Plata, organizado en conjunto con la Universidad Complutense de Madrid y que tuvo como uno de sus directores al Dr. Carlos Rogel Vide. Luego, tuve el privilegio de poder realizar una maestría en Propiedad Intelectual en la Universidad Austral.


Pienso que el hecho de haber tenido excelentes docentes ha sido fundamental para aumentar mi interés en esta hermosa rama del derecho. Asimismo, el hecho de haber tenido la suerte de estar trabajando, en ese momento, en el departamento jurídico de una entidad de gestión colectiva y, de esa manera, participar en la protección de los derechos de los autores y compositores de obras musicales ha sido un fabuloso honor que me ha permitido experimentar, desde un lugar muy cercano, las distintas problemáticas que pueden padecer los creadores y los motivos por los cuales necesitan especial protección.


¿A qué retos crees que se enfrenta actualmente la propiedad intelectual o cuál crees que es el futuro inmediato o las tendencias en la materia?


Es innegable que con el avance de los medios tecnológicos y de la inteligencia artificial se producen, y se seguirán produciendo, grandes cambios.


Creo que el principal reto que enfrenta la propiedad intelectual es no esperar que el sistema se adapte a ella, sino que, por el contrario, logre adaptar una postura dinámica, de modo que las normativas de la propiedad intelectual sean aplicables y adaptables fácilmente al sistema, teniendo en cuenta que seguramente se irán produciendo grandes cambios eneste.


Si la propiedad intelectual no logra adaptarse a las nuevas tecnologías, terminará produciendo una inseguridad jurídica que perjudicará tanto a los usuarios como también a los innovadores y creadores. Si esto sucede, será un fracaso rotundo para la gestión de la propiedad intelectual.


Para gestionar correctamente la propiedad intelectual no deberán perderse de vista sus principales objetivos, ni olvidar a quienes busca brindar protección, pero, a su vez, sin abusar de ello en perjuicio del resto de la sociedad. Si sucediera esto último, al igual que si pudiera ocasionarse inseguridad jurídica (por no ser adaptables las normativas de la propiedad intelectual a las nuevas tecnologías), se terminaría desalentando la inversión en bienes culturales. Al haber menor inversión en el sector cultural, los principales damnificados terminan siendo los propios innovadores y creadores, a quienes la propiedad intelectual busca brindar especial protección.


Por lo cual, para gestionar correctamente la propiedad intelectual, deberán dictarse normativas que sean adaptables a las nuevas tecnologías, no perder de vista a quienes se busca brindar especial protección, pero mantener un correcto equilibrio de modo tal que aliente la inversión en bienes culturales. Si esto sucede, se terminarían beneficiando no solo los innovadores y creadores, sino también los inversores en el sector cultural y, directa o indirectamente, la población en general.

Estudio finalista

Derecho comparado sobre los derechos patrimoniales de las obras creadas en virtud de una relación laboral.

Enlace a estudio

Trayectoria profesional

Cursó sus estudios de abogacía en la Universidad del Salvador (Buenos Aires) y se graduó como abogado en el año 2006. Ha realizado diversas capacitaciones, en especial dentro del rubro de la propiedad intelectual y del derecho del trabajo, y se ha graduado de magíster en propiedad intelectual en la Universidad Austral (Buenos Aires).


Ha sido profesor auxiliar en la Universidad del Salvador entre los años 2012 y 2015 en las materias Práctica Forense II (práctica de procedimientos judiciales y prejudiciales en los fueros civiles y comerciales) y Práctica Forense IV (práctica de procedimientos judiciales y prejudiciales en el fuero laboral).


Se ha desempeñado en diversas áreas del derecho, en especial en el ámbito del derecho de trabajo y del derecho de autor, en el departamento jurídico de una sociedad de gestión colectiva, SADAIC (Sociedad Argentina de Autores y Compositores de Música), durante dieciocho años.


Después de que su trabajo fuera elegido como finalista de la VIII edición del Premio Antonio Delgado, en 2021, continuó realizando investigaciones y publicaciones relacionadas con el derecho de autor, como el artículo titulado «Obras creadas dentro del curso del empleo en la modalidad actual» en la Revista Iberoamericana de Propiedad Intelectual (N.º 14, 2021). También se capacitó realizando el curso a distancia de Delegado de Protección de Datos en Euroinnova (Granada), finalizado con calificación de sobresaliente.


Desde principios de 2023 reside en Alicante. Actualmente, cursa los estudios correspondientes en la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR) para obtener la convalidación del grado en Derecho en España.